...

La noche se desploma en agua
y la humedad se cuela silenciosa
mi alma una vez más se muere
esperando una señal milagrosa.

Enjambres salieron de nuestras bocas,
y la cortina de humo me separa de tus manos
como el humo en el que estoy sumergido,
alma etérea liberada de mis cigarros.

No quiero que llegue mañana
no sé si será peor que esta tarde,
tengo miedo a seguir la vida
a morir sin volver a abrazarte.

No hay nadie aquí
solo puedo besar a las paredes
y solo conseguiré un abrazo
al momento de cerrar mis párpados.

Una canción de cuna que nunca llegará
y mientras me ahogo en mi propio llanto
nunca más la luz me tocará
y en el silencio quedaré esperando.

Las horas son vacías
la música es solo ruido
y el agua de afuera
sólo aumenta mi delirio.

Y así un grano de arena del universo
desaparecerá inadvertido
en un mundo del que solo pidió una cosa,
se le fue negada y nadie supo de su exilio.